Las nuevas tecnologías han significado un gran avance para la audiología convirtiéndose en un gran beneficio para las personas con pérdidas auditivas.
Cada vez día existen más adelantos tecnológicos que permiten menguar los efectos de las pérdidas auditivas, las cuales logran mejorar la calidad de vida de aquellas personas afectadas. En algunas oportunidades por ejemplo, los pacientes se percatan que la prótesis auditiva no funciona en las situaciones que más se precisa; ahora se han ideado técnicas de conexión del audífono a un sistema de ayuda auditiva, como el bucle inductivo, que normalmente se instala en lugares donde hay que mejorar la relación señal – ruido, como en salas para conciertos o aeropuertos. En este caso, lo que se hace es ayudar a discriminar el ruido de la palabra para que la misma sea percibida con claridad.
Por su parte, la vida media de los audífonos es de 4 a 5 años, pero ello va depender de la persona que lo use, la humedad y el ambiente donde éste se desenvuelva. Hace años los audífonos más utilizados eran los intracanales, pero hoy en día ya no se usan porque van dentro del conducto auditivo, y lo que buscan las nuevas tecnologías es mayor confort y claridad en resonancia. Los nuevos aparatos buscan eliminar el exceso de presión sonora, el efecto de oclusión.
Los implantes cocleares usan una tecnología que electrónicamente se parece al audífono pero debe implantarse de manera quirúrgica. El objetivo es el mismo que el de un audífono, pero esta dirigido especialmente a las personas con pérdidas severas o profundas de audición. Siempre que los audífonos no dan los resultados, los implantes se convierten en una solución.
En general, es importante que si una persona no escucha bien, se someta a una audiometría, ya que este estudio se encargará de valorar el nivel de pérdida de audición, teniendo siempre también que descartar cualquier otro tipo de patología que provoque esa deficiencia.
Esther R.