Una nueva investigación ha indicado que cuando el cerebro se esfuerza en llevar a cabo sus capacidades cognitivas dependemos del oído derecho para retener la información y procesarla; por lo que si quieres escuchar algo correctamente tienes que inclinar un poco la cabeza para dirigir los sonidos a tu oído derecho.
Entonces, todas las personas de diferentes edades dependen más de su oído derecho que del oído izquierdo, para captar y recordar informaciones recibidas, aunque la audición de los niños tiende ha funcionar diferente a la de los adultos, ya que estudios previos han determinado que el sistema auditivos de los niños y los jóvenes tienen la capacidad de separar y procesar la información que llega a través de sus oídos al mismo tiempo, aunque dependiendo de la vía auditiva que proviene de la derecha.
Los investigadores han demostrado que en los entornos que requiere prestar mucha atención, niños y adultos dependen de igual manera del oído derecho para procesar y retener la información suministrada.
En un laboratorio, audiólogos trabajaron con 41 adultos, a quienes les realizaron pruebas de escucha dicótica (escuchar sonidos en cada uno de los oídos). Cada individuo tenía que prestar atención a las palabras y sonidos que escuchaba en un oído mientras ignoraba el otro, en algunos casos, repetir las palabras que se reproducen en ambos oídos.
En el momento que los investigadores se centraron en la información que llegaba a través de su oído derecho, pudieron describir que el rendimiento de memorización aumento en 8 por ciento el promedio.
Mientras más difíciles eran las pruebas de memoria, más rendimiento vibraba en las orejas. La diferencia entre la función de los oídos se hizo más evidente, cuando se les pidió a los participantes que recordaran más de cuatro palabras.
En tanto, las diferencias de cada oído están en las capacidades de procesamiento, ya que el sistema auditivo puede manejar más información. En la medida que envejecemos existe un mejor control en la atención para procesar la información que depende la experiencia.
Esther R.